Basándose en el famoso microrrelato El dinosaurio de Augusto Monterroso, mis chicos y chicas han escrito unos cuentos en grupos: léelos aquí abajo.
Había una vez dos hermanos: Alex y Jack.
Un día los dos hermanos se estaban aburriendo, así que construyeron una máquina del tiempo. Después de terminar, cansados, fueron a la cama.
Cuando se despertaron, se encontraron en una isla prehistórica: sorprendidos, empezaron a explorar el bosque.
Paseando, los dos chicos oyeron un ruido, alzaron los ojos y vieron un gran dinosaurio. Alex y Jack se asustaron y fueron a esconderse. El dinosaurio los vio y empezó a hablar: "Hola, soy Dino y soy el único dinosaurio de esta isla; estoy muy triste porque siempre estoy solo. ¿Queréis venir a jugar conmigo?". Los chicos aceptaron y corrieron donde él. Jugaron todo el día y se divirtieron mucho. Por la tarde Alex y Jack subieron sobre la espalda de Dino, que les mostró toda la isla.
Los chicos despidieron a Dino y volvieron a casa. Aquí se durmieron en sus camas.
Cuando despertaron, el dinosaurio todavía estaba allí.
por Alessia T., Martina S., Melania V., Sara R. (4C IP)
Cuando se durmió, Pablo empezó el sueño...
Se encontró en un bosque, muy confuso empezó a buscar una salida para volver a casa. Estaba rodeado de árboles parlantes y animales como ardillas, unicornios, mariposas y cervatos volantes. Pablo estaba sorprendido, un poco asustado y también curioso.
Durante su camino encontró una chica que se llamaba María. Ella dijo a Pablo que estaba buscando un tesoro. Pablo decidió acompañarla en su aventura. Conocieron una bruja que les dio una poción para llegar antes.
Cuando llegaron, encontraron el tesoro y, cerca de él, un dinosaurio. Era parlante y era muy simpático y amable. Dijo que tenía que salir para buscar a su hijo y se dijeron adiós.
Se hizo oscuro y cansados se durmieron.
Cuando Pablo despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
por Arbëresha R., Silvia L., Daniela B., Ilaria D. (4C IP)
Había una vez, en este zoo, un hombre que era un explorador y estaba estudiando los varios tipos de dinosaurios.
Eran muy grandes y fuertes, algunos comían carne porque eran carnívoros y otros comían hierba porque eran herbívoros. Había dinosaurios pequeños como el velociraptor y más grandes como el t-rex. Eran de varios colores como marrón, verde oscuro, verde más claro y gris.
El hombre se perdió en el zoo que venía cerrando; de hecho, pasó la noche allí y a la mañana siguiente, cuando despertó, los dinosaurios todavía estaban allí.
por Celeste B., Giorgia B., Nicole Z. (4C IP)
En la prehistoria, un hombre se levantó pronto para ir a cazar un dinosaurio en el bosque cerca de su cueva. Empezó a buscar durante horas y horas su presa, sin resultados.
Al mediodía comió una manzana y algunas frutas del bosque al pie de un roble.
Mientras miraba el paisaje vio un gigantesco dinosaurio: era justo lo que había estado buscando toda la mañana, pero el hombre había comido tanto que le entró sueño.
Pasó mucho tiempo y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí y el cazador lo cazó.
por Elhame E. H., Aurora M., Aurora V., Alessia Z. (4C IP)
Había una vez un niño que pasaba el tiempo jugando solo en la esquina de su casa. No tenía amigos y amaba leer libros sobre animales, en particular sobre los dinosaurios.
Durante sus lecturas imaginaba que los animales cobraran vida delante de él y cuando terminaba de leer los animales mágicamente desaparecían.
Una noche, después de haber leído una larga historia, el dinosaurio Max no desapareció, sino que se quedó al lado del niño. Pronto se convirtió en su amigo imaginario: todas las noches se dormían juntos y por la mañana, cuando se despertaba, el dinosaurio todavía estaba allí.
Max ayudó mucho al niño, tanto que este aprendió a hacerse amigos con sus compañeros y se volvió un chico muy sociable y feliz.
por Chiara P., Elisabetta G., Binta V., Xhesika Z. (4C IP)
Una tarde de verano Claudiest y sus amigos decidieron encontrarse en un parque para fumarse unos porros. Después de haber fumado todos juntos, Claudiest vio que la droga tenía efectos raros sobre ella.
Mirando por ahí, vio un dinosaurio de estrellas rojas y azules.
Claudiest, luego, decidió volver a casa esperando que durmiendo le pasara este efecto raro. Después de un par de horas de descanso, cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Un poco asustada, fue al baño a lavarse la cara, esperando que este efecto acabara.
por Jessica M., Desirée P., Giulia F., Claudia A. (4B IP)
Matteo estaba saliendo del súper con su madre y su dinosaurio de peluche preferido, cuando vio un vagabundo que pedía dinero a la gente y parecía muy solo. Así, dejó la mano de su madre y se acercó al vagabundo.
Lo saludó y le regaló el dinosaurio. El vagabundo, enfadado, lo rechazó y echó a Matteo.
Después, se durmió enfadado y, cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
El vagabundo cogió el dinosaurio, lo abrazó y se sintió un poco menos solo.
por Valentina N., Danise M., Alice C., Sara K. (4B IP)
Había una vez un hombre que llevaba un disfraz de dinosaurio.
Un día el hombre-dinosaurio encontró un duende irlandés que le dijo que un meteorito mataría todos los dinosaurios. El hombre se asusto y se quitó el disfraz, pero este cobró vida. El hombre, sorprendido, convenció al dinosaurio Gianni Morandi a partir con él para una aventura para descubrir quién enviaría el meteorito.
Mientras el hombre y el dinosaurio pasaban por un bosque, encontraron unos obstáculos, como por ejemplo libros que volaban y los atacaban.
Después de un largo viaje, descubrieron una montaña de caramelos y al duende irlandés que se escondía en una gruta llena de oro. El hombre y el dinosaurio, viendo los gráficos, entendieron que el duende estaba malo y así empezó una batalla épica. El duende intentó escapar, pero Gianni Morandi lo pisó y de repente se desmayaron y, cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí y vivieron felices y comieron perdices.
por Chiara B., Chiara R., Gioia P., Sara C. (4B IP)
En un pequeño pueblo de campo vivía un chico tranquilo y educado que nunca había causado problemas a sus padres. Este chico se llamaba Lucas.
Un día en la escuela notó que había una chica nueva muy guapa, pero no tenía valor para hablar con ella.
Llegadas las vacaciones de verano el flechazo no se le pasó y en una caliente noche de agosto y en una playa la volvió a ver. Los dos chicos estaban con sus cuadrillas; los amigos de Lucas empezaron a motivarlo para que hablar con ella.
Después de muchos minutos, Lucas decidió ir a presentarse a Martina. Las amigas de ella, entendiendo el interés de él por Martina, le dijeron que, para tener el número de teléfono de la chica, Lucas tenía que comer una cosa: él aceptó y lo hizo y así Martina le dio su número. Él, satisfecho, se dirigió hacia sus amigos, pero en el trayecto vio algo raro: se acercó y... ¡he aquí un dinosaurio! Del susto, Lucas se cayó y se desmayó.
Cuando se despertó, el dinosaurio estaba todavía allí: ¡quién sabe qué le hicieron comer!
por Gaia B., Sarra B., Jenny C., Melissa F., Ilaria D. R. (4B IP)
Había una vez una familia de un pequeño pueblo perdido, llamado Altrove. En esta familia vivía un niño llamado Ciro. Este niño de cinco años estaba muy solo y era tímido y por eso quería mucho tener un amigo.
En un día soleado decidió dar un paseo a lo largo del río. Mientras estaba jugando con agua vio un arbusto moverse. Asustado pero curioso fue a controlar. Pensó que era un gato pero se encontró una larga cola pintada. Atraído decidió tocarla, pero en cuanto lo hizo apareció gritando un dinosaurio. Los dos se miraron en los ojos y huyeron gritando. Ciro regresó a casa asustado y se escondió bajo las sábanas de la cama.
Durante la noche pensó volver a ver esa extraña criatura. Al día siguiente Ciro, en vez de ir a la escuela, preparó todo lo necesario para llamar la atención del animal, y decidió llamarlo Gervi. Llegado al río miró a su alrededor pero no encontró nada, quedando decepcionado. De repente sintió la mochila llena de bocadillos moverse y vio que era Gervi. Se miraron estupefactos y decidieron no escapar. Tomaron confianza y empezaron a jugar hasta la noche. Se quedaron profundamente dormidos. En mitad de la noche la mamá, muy preocupada, empezó a buscar a Ciro y llamó su nombre.
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Ciro sintió su mamá llamarlo. Desde aquel día se hicieron amigos. Ciro iba todos los fines de semana a visitar a Gervi, ocultando todo a su familia.
por Alberto B., Dorotea B., Laura P., Eleonora S. (3C IP)
Juanito era un niño de 8 años, muy caprichoso y travieso. Sus padres, cansados de su comportamiento, decidieron regalarle un peluche en forma de dinosaurio. Pero el juguete era especial, en efecto observaba el comportamiento del niño. Cada vez que Juanito se comportaba mal el dinosauro crecía, mientras si se comportaba bien se disminuía.
"Juanito, la comida está lista" mamá gritó en la cocina; él resopló y bajó y con solo oler los brócoli se negó a comer. Mamá enfadada lo regañó y lo obligó a comer. Juanito muy enfadado tomó el plato con los brócoli y lo echó al suelo. Mamá gritando dijo: "Juanito, limpia el desastre que has hecho y ve a tu habitación sin comer".
El niño ignoró las órdenes de su mamá y pataleando subió las escaleras y entró a su habitación. En ese momento el dinosaurio creció. El niño, cansado de estar en su habitación, bajó y cuando mamá salió para ir de compras, Juanito tomó la pelota y salió al salón a jugar.
"¡Gol!" Juanito marca y se alegra feliz pero en algún momento la pelota golpea la televisión rompiéndola en muchos pedazos. En ese momento papá entró por la puerta, Juanito intentó esconder el daño hecho, pero papá se enteró inmediatamente: "Juanito, qué has hecho! Mamá siempre te ha dicho que no juegues dentro de casa! Vete inmediatamente a tu habitación y no salgas hasta la hora de cenar". El niño enfadado entró a su habitación, cerrando la puerta.
Juanito se tumbó en la cama y en ese momento el dinosaurio creció. Juanito asustado se escondió bajo las sábanas y recordó las palabras de sus padres: "Ten cuidado Juanito, este dinosaurio no es un peluche como los demás, te vigila todo el tiempo". El niño, pensando en estas palabras, se durmió.
Un fuerte ruido despertó a Juanito: un gran dinosaurio lo estaba observando. El niño asustado empezó a correr y cuanto más huía, más el dinosauro se acercaba.
De repente el dinosauro dijo: "Juanito, es inútil que continúes corriendo, te perseguiré hasta que no te comportes bien".
Juanito, cansado y asustado de correr, se sentó y empezó a llorar prometiendo al dinosauro que sería bueno y escucharía a sus padres. En ese momento abrió los ojos y no vio el dinosaurio y supo que había tenido un mal sueño.
"Juanito, la cena está lista" dijo mamá. El niño sin causar problemas bajó, vio los brócoli en el plato, los comió y se disculpó con sus padres por su comportamiento.
Juanito cansado se acostó temprano y cuando despertó, el dinosauro todavía estaba allí: estaba observando pero era pequeño.
por Martina B., Anna D.B.B., Jacopo F., Samuele B. (3C IP)
Era un día muy oscuro y lluvioso y en la jungla Gigio era el único dinosaurio y no tenía ningún amigo. Estaba en casa triste y amargado y mientras estaba mirando fuera de la ventana vio un dinosaurio solo y todo mojado y decidió hospedarle en su casa. Se hicieron amigos, le ofreció una comida caliente y un lugar donde pasar la noche. Después de jugar juntos los dos fueron a dormir.
Julio, el nuevo amigo de Gigio se durmió inmediatamente estando muy cansado, dado que había caminado mucho en la jungla. Gigio no se durmió inmediatamente porque pensaba que al despertar Julio no estaría allí.
Al día siguiente por la mañana cuando Gigio despertó el dinosaurio todavía estaba allí, por eso él estuvo muy feliz, por fin había encontrado un buen amigo con el cual pasar un poco de tiempo.
Gigio decidió preparar un excelente desayuno para Julio, que estaba muy feliz siendo un hermoso día de sol; los dos salieron para pasarlo bien juntos. Desde ese momento empezó una gran amistad y los dos vivieron felices y comieron perdices.
por Valentina T., Chiara P., Alessia C., Michaela B. (3C IP)
Al señor Ton le fue asignada la misión de explorar un lugar llamado "Selva Prohibida ", oscuro y arriesgado donde existían criaturas mágicas, para buscar restos de dinosaurios.
El señor Ton se adentró en la selva, asustado pero con las ganas de alcanzar el objetivo puesto. Una vez dentro, empezó a explorar todos los rincones oscuros con la linterna y eschuchó alguien pidiendo ayuda, así que, creyendo que había otro humano siguió los gritos para ofrecer ayuda y con la esperanza de encontrar compañía.
Cuando llegó al lugar del que venían los gritos, descubrió que el que pedía ayuda no era una persona sino un enorme dinosaurio, con ojos asustados pero muy dulces, el cual estaba herido a causa del escupitajo de fuego de un gran dragón malo, quemándole una pierna.
Aunque el dragón era muy malo, una debilidad la tenía: el temor de los humanos. Y en el momento en que vio al señor Ton, el dragón se fue volando y el dinosaurio suspiró con alivio. El dinosaurio cayó por la herida y el señor Ton se acercó para ayudarlo. Se esforzó por encontrar la cura, pero no pudo encontrar nada.
A un cierto punto, Ton estarnudó y notó que con su saliva la quemadura se estaba cicatrizando. Entoces continuó escupiendo en su pierna y la herida desapareció.
Cansados por el día se durmieron, Ton apoyándose en el dinosaurio. Cuando despertó, el dinosaurio todavia estava allí.
por Desirée S., Gaya Z., Alessandro T., Aurora B. (3C IP)
Érase una vez un pequeño dinosaurio que se llamaba Pois y era diferente de todos. Su piel era azul de puntos rojos, estaba muy convencido de ser feo, con una capa tan diferente de los demás: y siempre estaba escondido en la madriguera.
Mamá le dijo: "Ve a jugar que te harás amigos" "Si salgo se reirán de mí, ¿no ves lo feo que soy?" contestó Pois.
Un día los pequeños dinosaurios jugaban a tirar un palito que cayó justo en la madriguera de Pois; Bovis, el astuto lo fue a recoger, y así descubrió a Pois. "¿Qué haces, no juegas?" dijo Bovis. "No tengo ganas de jugar, prefiero estar solo" contestó Pois. Bovis contestó de nuevo "Eres un cagueta" y todos los dinosaurios se fueron; Pois salió de la madriguera y lanzó el palito a los otros dinosaurios que se sorprendieron.
Pois era un dinosaurio muy tímido e iniciaron a jugar juntos; su mamá vio esta escena y se asombró y de repente Pois escapó regresando a su madriguera porque tuvo miedo de que le tomaran el pelo los otros dinosaurios. Ellos continuaron jugando porque entendieron que Pois era un dinosaurio muy tímido.
Al día siguente lo llamaron y le pidieron ir a hacer un pijama party con ellos; Pois, sorprendido y con un poquito de miedo, aceptó, hizo la mochila y fue a acamparse con los otros.
Empezaron a jugar y a divertirse y cuando fue hora de acostarse se durmieron; cuando se despertaron, el dinosaurio todavía estaba allí ": los otros amigos dinosaurios se asobraron pero quedaron contentos con que Pois todavía estaba allí así quedaron amigos durante mucho tiempo.
por Kiara K., Emily Z., Bruna Z., Asia A. (3C IP)
En un hermoso día de primavera, Tomasso y sus amigos se fueron a jugar a un bosque. En algún momento, absortos en sus juegos, se perdieron.
Asustados, los cuatro amigos comenzaron a vagar por el bosque en busca de un camino a casa, curando oyeron un ruido procedente de un arbusto. Al no saber lo que era, los tres amigos se asustaron y escaparon de allí y mágicamente encontraron el camino a casa.
El valiente Tomasso no escapó, se acercó con curiosidad para ver qué era; tan pronto como se acercó, bruscamente, apareció un dinosauro volador y el niño asustado dio un paso atrás.
Tomasso se sintió muy valiente, intentó acercarse y acariciarlo y el dinosaurio se tranquilizó con el toque ligero del niño. Tomasso se dejó llevar por el momento y luego se dio cuenta de que estaba loco. Los dos inmediatamente se hicieron amigos y su vínculo se hizo tal que el dinosaurio decidió ayudarlo a regresar a casa.
Comenzaron a caminar y caminar hasta que Tomasso se cansó y se durmió al pie de un gran árbol. Al día siguiente cuando despertó, el dinosauro todavía estaba allí y para Tomasso fue la prueba de que ese extraño animal era un verdadero amigo y hasta lo ayudaba a regresar a casa.
El dinosauro volador lo hizo subir a su espalda y despegó el vuelo. Mientras volaban a casa, el dinosauro entretuvo a Tomasso realizando diversas acrobacias extraordinarias.
por Anna B., Ramandeep K., Vanessa R., Valentina C. (3C IP)
Mi nombre es Salvador y ahora quiero contaros la historia de mi vida. Nací un día de primavera en 1940 con una enfermedad hereditaria. La tuvieron mis padres también, pero el doctor me la diagnosticó cuando tenía siete años. Desde aquel momento empecé a tomar algunos medicamentos que me ayudaban a sentirme mejor y todo eso hasta hace no mucho tiempo.
Siempre cuando tenía siete años, conocí a mi mejor amigo, que me acompañó por casi toda mi vida. Una mañana soñé con un pequeño dinosaurio verde y cuando me desperté, el dinosaurio todavía estaba allí y me estaba mirando de manera extraña. Me estiré, esperé que fuera solo un recuerdo del sueño que estaba teniendo. Pero empezó a hablar (ya no era un sueño) y dijo llamarse Rex, vivía en el otro lado del mundo (al menos así dijo), era hijo único y quería llegar a ser mi amigo de juegos ya que, como yo, a menudo se sentía solo.
Pasó horas y horas hablándome de él mientras yo intentaba volver a dormirme. Era insoportable y no me dejó dormir. Desde aquel momento, lo llamé "habla habla".
Fui un niño y un chico un poco extraño, así que no tuve muchos amigos y pasé casi todo mi tiempo con Rex. Me quedaba con él cuando estaba solo; si iba a la escuela o estaba con otras personas, él me dejaba solo y volvía cuando nadie estaba conmigo. Pasamos los primeros meses siempre juntos, cada noche mirábamos nuestro programa preferido en el sofá mientras mis padres estaban ocupados por el trabajo.
No hablé a nadie de Rex porque no quería que nadie tuviera un mejor amigo como el mío y tenía miedo de que si alguien lo hubiera descubierto se lo habría llevado.
Rex me acompañó en cada día mío. Me depertaba por la mañana, después de la escuela jugábamos en casa de mi abuela, una vez saltamos en los charcos y nos ensuciamos muchísimo, aunque mi abuela no fue feliz por eso. Otra vez nos dirigimos al lago detrás de casa de mi abuela y jugamos con los peces; él conocía su idioma, o quizás fingía, aunque me hizo reír.
De todas formas, no pude ser un niño como los demás, mis compañeros jugaban siempre juntos en el colegio. Hicieron una competición sobre quién era el más querido por las chicas, quién era el más inteligente y quién se vestía mejor. Yo siempre quedé fuera de cada clasificación, pero no me importaba. Tenía el mejor amigo del mundo. Rex fue un hermano para mí, un punto de referencia, un apoyo continuo.
Cuando empecé la secundaria las cosas cambiaron; conocí a una chica y con ella sentí las primeras emociones. Al principio no se lo dije a Rex, hasta que un día ella insistió para venir a mi casa y así sucedió. Sabía que a Rex no le gustaba la compañía y de hecho nos dejó solos.
Cuando por la tarde ella se fue, vi a Rex sentándose en la cama, estaba muy enfadado y triste. Decidí abrazarlo pero me rechazó. Se enfadó porque se sentía abandonado y sobre todo porque no le había contado nada. Intenté explicarle que no era una cosa seria y que se lo habría contado en algún momento. Dado que Rex era muy orgulloso, como yo, durante un poco de tiempo me evitó aunque estábamos siempre juntos.
Mientras tanto yo seguí chateando con la chica y encontrándola en la escuela cada día. Me sentía mejor desde que estaba con ella, quizás porque era mi primera novia, me sentía mejor.
No se por qué y qué me pasó, pero empecé a preferir a la chica a Rex: él me parecía demasiado pequeño, me llamaba mejor amigo, se enfadaba si no estaba con él, era celoso. Así decidí dejarlo solo por un poquito. Empecé a pasar mucho tiempo con la chica y sus amigos, me sentí renacido, en aquel momento para muchos jóvenes me convertí en un modelo que seguir. Puse mi atención en eso, el aparecer. Ya no me sentía solo y estaba bien aunque no veía a Rex desde hacía meses.
Mi relación con mi novia duró más o menos dos años, después rompió conmigo diciendo que ya no era el que ella había conocido, me dijo que había cambiado, que pensaba solo en aparecer guapo a ojos de los demás, que estaba ocupado en sentirme aceptado por todos. Desde aquel momento volví a estar mal. Todos mis amigos se alejaron de mi y me quedé solo.
Poco después Rex volvió, me sentía muy culpable por haberlo tratado mal y abandonado, por último él estaba más solo que yo. El no volvió a mí enfadado, sino más bien disgustado por cómo lo había tratado. Se quedó muy cerca de mí en ese momento, así como en el resto de los días. Rex pasó una vida haciéndome compañia, y yo me concentré sobre la universidad y después en el trabajo.
Cuando llegué a la mediana edad, mi enfermedad empezó a causarme problemas. Los médicos me hablaron de intervenciones que hacer, o, si no quería aceptar, de cambiar de pastillas. Ya que quedé asustado por las intervenciones, decidí cambiar de pastillas. Fui al doctor y me recetó las pastillas nuevas, las más pedidas del periodo. Tomé la primera esa misma noche, antes de ir a dormir.
Cuando me desperté, el dinosaurio ya no estaba allí. Rex ya no estaba allí. Me había acompañado por una vida y me abandonó justo en el medio. Mis padres murieron y me quedé solo. Así pasé los últimos años de mi vida.
Me diagnosticaron el alzheimer, aunque lo tuve por poco tiempo, porque morí muy pronto. Una noche me sentí mal y me llevaron urgentemente al hospital.Me olvidé de qué pastillas estaba tomando y por error me llevé las viejas y las tomé.
Cuando me desperté, sabía que serían los últimos minutos de vida: intenté tranquilizarme, decirme que estaba todo bien, cuando lo vi. Era Rex, había vuelto a mí. Le pregunté dónde había estado. Él me explicó que vivía solo gracias a mi imaginación. Me explicó que los doctores a veces te dan algunas medicinas equivocadas y te las hacen tomar por años y años, y desde que había empezado a tomarlas se había activado en mí algún efecto indeseado y había empezado a estar deprimido. Por consiguente mi mente se había creado una compañía.
No me lo podía creer, pero tampoco podía volver atrás. Rex se acercó a mí y me abrazó; me agradeció todo lo que habíamos vivido. Logré cerrar los ojos y me dejé ir mientras con su pata me tenía una mano y fuera el sol resplandecía.
Así acabó mi historia y mi vida. Debido a esto, he entendido que cuanto más triste estás, más la tristeza se expande, haciéndote creer (o en mi caso ver) cosas que no existen y nunca han existido.
por Elena D., Sara P., Anna M., Giada B. (3C IP)
El niño era muy feliz, celebraría su fiesta de cumpleaños de ahí a poco después, con todos sus amigos.
Para la ocasión la madre del niño había preparado una tarta gigante de chocolate con decoraciones muy guapas. La mesa tenía una toalla de color azul encima, con pretzels en tazones, dulces en bandejas y una montaña de caramelos; había también bebidas frescas y vasos de colores que daban una atmósfera alegre y mágíca.
Él miró con insistencia el reloj, ya que esperaba con felicidad la llegada de todos sus amigos y de todos los regalos que ellos traían para él.
A las cuatro llegaron todos a su casa; los chicos quisieron jugar y divertirse; Jorge, el niño, quiso jugar con ellos y con todos los juegos que acababa de recibir. Terminado el momento de comer la tarta y de bailar y cantar la canción "feliz cumpleaños", todos los ninos se pusieron alrededor de la mesa, que ahora tenía todos los regalos encima; para Jorge había una montana de regalos, y lentamente los abrió todos.
Los regalos eran todos guapos. El último regalo fue su regalo favorito: esto fue un peluche gigante, el peluche tenía la forma de un dinosaurio; era la cosa más guapa que el nino había visto en toda su vida. Agradeció a todos sus amigos y tomó el dinosaurio para ir a jugar con ellos; todos los niños hicieron juegos divertidos con el nuevo regalo de Jorge. Se persiguieron el uno al otro y el niño que tenía el dinosaurio, perseguía a sus amigos para comerlos; en este juego los niños usaron toda su imaginación. Para Jorge su fiesta fue fantástica.
Se acostó muy tarde aquella noche y abrazó fuerte su peluche. Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
por Carolina M., Denise M., Arianna T., Cristiano F. (3D IP)
Eloy, con su bolsita, se sentó en el tronco cortado de abedul, su lugar favorito, para quedarse solo. La lluvia le mojó la cara pero, en aquel momento, era lo último que le preocupaba. Hizo un sospiro, abrió la bolsita y se comió dos de los hongos que contenía.
Luego, sin darse cuenta, se levantó del tronco cortado y andaba en el medio del bosque; no pasaron más de cincos minutos que Eloy se cayó sin oponer resistencia.Cuando abrió los ojos, el paisaje no había cambiado pero había algo raro: los árboles eran azules y amarillos, sobre sus copas había animales raros como pájaros con cola de ardilla y lagartijas con alas de mariposa. De una rama a la otra, se balanceaban delfines con patas y cola de mono y, entre la hierba morada y próspera, sobresalía un oasis de agua muy brillante en la que nadaban peces muy raros.
Eloy, embrujado por el brillo del agua, se acercó para mirarse pero se cayó dentro donde se encontró en un mundo todo menos que hermoso. Empezó a andar mirándose alrededor, miró el cielo rojo cubierto de nubes negras, los árboles muertos y la tierra árida venirse abajo bajo sus pies.
Siguió andando mirando abajo hasta que se chocó con algo duro, levantó los ojos y vio un enorme monstruo con la cabeza de diablo, el cuerpo escamoso y alas torcidas y pinchadas. La criatura cayó sobre Eloy que se deslizó rápidaménte bajo su cuerpo y empezó a huir de él. Después de una carrera salvaje, Eloy vio una piedra delante de un barranco, se lanzó detrás de ella y dejó caer el monstruo provocando un ruido sordo.
El chico, cansado, intentó apoyarse en la piedra encontrando un pequeño dinosaurio delante de él, que empezó a chuparlo todo. Eloy, confundido, cerró los ojos pero, cuando los abrió y despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
por Giovanna B., Ilenia A., Melania D., Giada T. (3D IP)
Érase una vez un niño que amaba los peluches, tenía todos los animales. El último peluche fue un dinosaurio, llamado Dino. Se decía que era mágico: durante la noche, tenía el poder de no hacer tener malos sueños a los niños.
Una noche, el niño Frenklin, no habiendo hecho los deberes, fue regañado por su mamá quien tomó el peluche que tanto le gustaba. Frenklin no quería que robara el peluche y se lo arrancó de sus manos: al hacerlo, comenzaron a discutir y, al final, el niño arrancó la pata del dinosaurio involuntariamente. Frenklin, llorando, pidió a su mamá que le cosiera su peluche y ella satisfizo a su hijo, pero sin coserlo bien, así que la pata se rompió otra vez. Por consiguiente, Dino perdió su mágico poder.
Esa misma noche, Frenklin tuvo un mal sueño: soñó que era comido por el dinosaurio. Cuando despertó, el dinosaurio todavia estaba allí.
por Melissa R., Lisa Z., Alessia C., Martina Ce. (3D IP)
Había una vez un niño que se llamaba Tabulto, de 10 años que vivía en la jungla en el bonito centro de España.
Tabulto iba a una escuela llamada Dinoland y para llegar allí debía atravesar la entera jungla. Durante su recorrido Tabulto veía muchos animales, entre ellos el loro Emmanuela, la leona Micaela, el pavo real Giulia y el burro Alessia.
Un día como todos los otros, mientras volvía de la escuela, Tabulto perdió el control de su patinete, fue a chocar contra un árbol, le cayó un coco en la cabeza, se desmayó y cayó en un sueño profundo, en el cual fue transportado a otro mundo llamado Evolutiondainaland.
Este nombre ya le resultaba conocido, porque en la escuela la maestra le había contado que fuera de la jungla gobernaban los dinosaurios, y que el único sitio seguro para los humanos era justo la jungla.
Apenas Tabulto realizó dónde se encontraba, enseguida corrió a esconderse y mientras se cercionaba de que ningún dinosaurio lo estaba persiguiendo, se sintió un aliento sobre el cuello; se dio la vuelta: era un dinosaurio.
Tabulto paralizado por el miedo inició a balbucear: "Ho-ho hola a-a amigo, có-có cómo estás?" El dinosaurio lo miró con aire interrogativo y le preguntó: "Quién eres?" y el niño con voz temblorosa se presentó y le contó qué le había pasado. Sucesivamente lo llevó a su cueva y le presentó a su familia y al primo Floppy, que se apegó enseguida a Tabulto.
Durante varios días Floppy siempre estuvo junto a Tabulto descuidando así a sus amigos que se pusieron celosos. Una tarde, Floppy y Tabulto decidieron ir a la ciudad a tomar un helado; mientras se dirigían hacia la heladería encontraron a los amigos de Floppy, que con aire triunfante se acercaron y apartaron a su querido amigo y mientras tanto los otros amigos secuestraron a Tabulto y lo llevaron a la cueva del dinosaurio brujo Giulaemo. Anteriormente, los amigos de Floppy habían pedido el deseo de hacer desaparecer a Tabulto.
En cuanto entró, el brujo le pidió al niño que limpiara una pelota de vidrio, que era en realidad una esfera mágica que hacía volver a los seres humanos a su mundo originario. Después de haberla frotado Tabulto inició a sentirse extraño y se desmayó. Cuando despertó, el dinosauro todavía estaba allí.
por Giulia R., Alessia G., Micaela B., Emmanuela A. (3D IP)
Juan después de haber hecho los deberes se fue a su habitación para jugar. Sus juegos favoritos eran los dinosaurios porque eran grandes y fuertes.
Mientras jugaba pasó una cosa muy rara. Su dinosaurio favorito Pablito empezó a hablar y le dijo: "Si quieres que nos conozcamos mejor, abre aquel cajón y verás nuestro mundo". Juan, un poquito asustado, decidió escuchar a su amigo, abrió el cajón y entró. Una vez en el cajón Juan se encontró en un lugar nunca visto antes de aquel momento. Ese lugar estaba lleno de árboles altísimos, lagos muy extendidos, y muchísimos tipos de dinosaurios, pero la cosa que más le daba miedo era que ya no encontraba su casa. Juan se asustó mucho porque pensó que no ya no encontraría a su mamá, pero Pablito llegó rápidamente para consolarlo y le dijo: "Ven a jugar con nosotros, te presentaré a mis nuevos amigos".
Juan confió nuevamente en su amigo y lo siguió. Llegados donde los otros dinosaurios que estaban en el gran lago azul, decidieron todos juntos jugar al corro. Pero en el momento en que todos dijeron "todos abajo, al suelo" Juan cayó al suelo tan fuerte que golpeando la cabeza... se encontró en su habitación y cuando se despertó el dinosaurio todavía estaba allí.
por Martina Ca., Beatrice P., Cristina F., Tamara P. (3D IP)
Estaba corriendo porque me di cuenta de que algo me estaba persiguiendo, vi por casualidad un edificio abandonado, y entré para esconderme pero me encontré en una fábrica de chocolate. Dentro de ella vi un viejo armario y me escondí dentro. Desde allí noté un enorme criatura verde fluorescente. Comenzó a oler mi olor, y avanzando hizo temblar toda la fábrica.
El dinosaurio se alejó porque no encontró nada, al ruido de mis pasos la criatura me oyó y comenzó a perseguirme. Del miedo me zambullí en la bañera de chocolate derretido.
El dinosaurio viéndome se zambulló conmigo en la bañera y fui tragado por el vórtice. Cuando me desperté el dinosaurio todavía estaba allí.
por Anna P., Ilaria S., Fernanda M., Aurora B. (3D IP)
Un día Rodrigo, aburrido, compró un videojuego ambientado en un bosque en el Congo. El juego consistía en encontrar una piedra antigua, pero con un dinosaurio.
Rodrigo se apasionó mucho hasta que, sin siquiera darse cuenta, se encontró en la realidad del videojuego, junto con el dinosaurio que había llamado Pedro. El joven dentro del videojuego descubrió muchas cosas; por ejemplo, estaba teniendo lugar una guerra civil para el poder entre las dos familias de dinosaurios restantes; también descubrió que Pedro, después de las diversas guerras, había quedado huérfano y solo.
Fue imparcial en esta guerra, se llevó bien con todos, y por eso un día, mientras estaba con Rodrigo en el bosque, se encontró en medio de una de las peleas entre las familias y Rodrigo, tratando de protegerlo, se lastimó y luego se desmayó.
Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, pero en la pantalla de su computadora, y él en su habitación.
por Simone M., Gelila H., Aurora S., Erica D. (3D IP)
Jugando con El científico loco, mis chicos y chicas han creado unos animales un poco locos y han escrito sus descripciones en grupos: léelas aquí abajo.
El cruce entre una rana, un flamenco y un pez dio vida al ramerpa.
En origen, el ramerpa alcanzaba los 5 metros de altura y 2 de largo; con el paso del tiempo, a causa de las condiciones climáticas, tuvo una mutación genética y sus dimensiones se redujeron a una altura de 160 centímetros y a una longitud de 100. El ramerpa tiene cabeza de rana, cuerpo de flamenco y cola de pez.
El cuerpo del ramerpa es verde y azul y la cola es de todos los tonos del arcoíris.
Hay varias especies de ramerpa: sus tonalidades se diferencian por el lugar del que proceden: por ejemplo, los ramerpas africanos tienen matices de azul y verde más oscuros con respecto al ramerpa europeo.
Este animal generalmente se alimenta de peces, caviar y chocolate.
Se reproduce una vez al mes de manera asexual y por lo general puede llegar a parir hasta 15 ramerpas.
Curiosidad: desgraciadamente el hombre no puede tener contactos directos con este animal por su veneno fatal.
por Gelila H., Emmanuela A., Denise M., Ilenia A. (3D IP)
Tiene la cabeza de rinoceronte, el cuerpo de cangrejo y el resto de flamenco.
Vive en la superficie del mar, tiene un desperdicio de hombres arrojando las aguas del mar y bebiendo aceite.
Hay un ejemplar único en su especie: vive como una medusa y se reproduce como una bacteria.
Ha sobrevivido a todas las catástrofes hasta la fecha y su peculiaridad es que, si se le pellizca en las patas, se pone en contacto con el hombre, en particular con arqueólogos, paleontólogos, científicos, etcétera para que investiguen sobre él.
Su forma de comunicarse es un cruce entre el baile flamenco con el trasero y el "ballo del qua qua" con el resto del cuerpo.
por Simone M., Fernanda M., Beatrice P., Giada T. (3D IP)
El hipomestino es una especie muy rara: se encuentra solamente en un lugar y tiempo muy particular.
Tiene cabeza de hipopótamo, cuerpo de flamenco y cola de langostino.
El hipomestino no caza como otros animales, sino que se alimenta de pizzas y bocadillos como comidas principales. Cuando se siente hambriento va a la ciudad por la noche, mientras la gente duerme, y roba por todas las tiendas de comida y los restaurantes. Después vuelve a su hábitat natural para comer y reproducirse.
Vive en un lugar llamado "Flamestino" donde hay comida en todas partes: las nubes son de algodón de azúcar, los árboles tiene ramas de patatas chips y hojas de ketchup y mayonesa, la hierba es de golosinas de diferentes tonos de verde, las montañas de mazapán y chocolate y el agua de gaseosa.
En Flamestino todos son muy amigos y se ayudan siempre en los momentos de dificultad.
La reproducción del hipomestino tiene lugar dos veces al año: el animal debe comer muchísimo para duplicarse. Solo las hembras se duplican y los machos buscan comida para sus parejas. Cuando no tiene que reproducirse juega a saltar la cuerda o a "quién dobla más la rodilla hacia adelante" .
Tiene una vida media de 4 o 5 años porque puede morir de hambre, visto en los sueños de los niños o simplemente de vejez.
por Martina C., Cristina F., Giulia R., Cristiano F. (3D IP)
El flalar es un animal que vive en Isola Rossa. Isola Rossa es una playa, y su arena es roja.
El flalar anda en el mar, tiene la cabeza muy pequeña, el pico muy largo y el cuello fino y extenso. El cuerpo es de rayas blancas y negras y las patas finas, siempre con rayas blancas y negras. La parte posterior es totalmente blanca y gorda y las patas traseras son muy gordas y blancas.
El flalar vive debajo del mar en una ciudad llamada Bikini Botton: su casa está muy cerca de la de Bob Esponja.
Es el último ejemplar de esta especie de animal, pero, por suerte, el flalar vive 203 años.
Este espécimen está embarazado: en esta especie nacen dos cachorros y dos huevos. Los huevos, para abrirse, tienen que esperar dos días; los cachorros, para nacer, tienen que esperar tres meses.
El flalar se aparea con un elefante, come ensalada y calabacines y tiene miedo al hombre.
por Alessia G., Tamara P., Lisa Z., Erica D. (3D IP)
Este animal es muy raro y particular. Tiene pelaje de rayas negras y blancas y patas de flamenco e hipopótamo. Tiene morro de cebra, cuerpo con plumas rosas de flamenco y trasero gris de hipopótamo. Tiene un compañero y un hijo: sus nombres son Cemetamo antiguo y Cemetamo pequeño.
Se reproduce por la nariz, tocándosela, y el embarazo dura ocho años. El cachorro, cuando nace, es muy grande y, con el paso del tiempo, se vuelve pequeño y, cuando se vuelve demasiado pequeño, muere.
Vive exactamente 700 años y dos días.
El planeta donde vive se llama Planeta de las peladillas rosas: es muy grande,tiene un río de chocolate rosa y el suelo de crema rosa; tiene un centenar de habitantes.
La voz de todos los cemetamos es: "Cley, cley, cli, cle...".
Cuando el cemetamo duerme, los ojos de atrás se abren y revisan la situación. Si ve algo, estornuda purpurina que despierta a toda la población.
por Aurora B., Aurora S., Martina C., Melania D. (3D IP)
El ollirpa es un cruce entre el oso polar, la gallina y el pez.
Tiene el morro largo, los ojos de color rojo y la nariz pequeña de color verde. Su pelo es suave y blanco y azul, su cola tiene escamas con tendencia hacia el color violeta. Tiene patas cortas, de lunares y de color amarillo y azul marino, así como sus pequeñas alas.
Este animal vive en Plutón, en un pueblo llamado Holliplu.
El ollirpa come cortezas de árbol y líquido corrector. Bebe mucha cerveza, pero le gusta mucho el mojito también y por esto va al baño muchas veces.
Habla con otros animales en el particular dialecto véneto de Arianna.
La reproducció de este animal acontece cuando su cola se mueve muy rápidamente contra los árboles y genera los pequeños ollirpas.
Es una especie muy sociable y le gusta jugar con la pelota.
El sueño del ollirpa es encontrar a los niños del planeta Tierra y jugar con ellos.
por Arianna T., Anna P., Alessia C., Micaela B. (3D IP)
El flasorpa es un animal raro. Tiene morro de flamenco, cuerpo de bisonte y cola de pez.
Vive en un área pantanosa en el planeta Ganjazoo a 70 años luz de la Tierra.
Se mueve saltando con las patas delanteras. Cuando tiene que moverse se lleva una piscina portátil.
Come pescado y cuando entra en el agua tiene que tener cuidado de comerse a sí mismo.
Es alegre y a menudo deseoso de reproducirse. Se aparea con los tres animales que lo componen a la vez y su relación dura cinco horas y los dos días del embarazo. Muy a menudo aborta sin querer porque da a luz en el agua y ahoga a la cría: por eso es tan raro.
No tiene ningún contacto con el hombre porque de lo contrario no sobreviviría.
Le gusta hacer muchas cosas, por ejemplo comer, salir con sus amigos y fumar, ya que vive en un planeta hecho totalmente de marihuana.
¡La vida del flasorpa es muy movida pero le gusta mucho!
por Melissa R., Giovanna B., Carolina M., Ilaria S. (3D IP)
El flanocena vive en la Luna, que está hecha de queso y donde hace mucho frío.
Tiene el morro de un flamenco, el cuerpo de un rinoceronte y el trasero de una gallina. El flanocena come el queso que constituye la Luna.
Es un animal muy grande y muy raro, por eso está protegido.
Se reproduce bailando el tema "Despacito": de este modo pone huevos de lunares.
Tiene dos patas y dos alas para volar, es de color blanco y gris y tiene un pico muy afilado y largo. Tiene un pelaje muy suave y corto.
Es muy peligroso porque asalta a los humanos: con sus garras hiere mortalmente y procura heridas que llevan a la muerte.
por Elena D., Alessia C., Michaela B., Alessandro T. (3C IP)
El hipomerpa es un animal raro y muy particular. Está formado por un hipopótamo, un flamenco y una carpa.
Vive en los bosques, pero puede ser domesticado.
Come "sofficinis" de cocodrilo con forma de cocodrilo y bebe té con limón porque tiene rabia. Se puede montar y es muy rápido. Duerme al revés en los percheros, como los murciélagos.
Para reproducirse baila el flamenco.
Para sobrevivir se afeita una vez a la semana. En verano pierde las plumas y las escamas.
Es de vital importancia para él que escuche música rock y rap antes de dormir. Es muy cariñoso y dócil.
por Alberto B., Eleonora S., Ramandeep K., Laura P. (3C IP)
El risopobra vive en Tuvalu, en Polinesia, una isla con clima seco y sofocante.
El risopobra es un animal: tiene la cabeza de un rinoceronte que es gris y tiene un cuerno muy largo y azul; tiene el cuerpo de un oso polar que es un animal muy grande y blanco; la cola es la de una cebra, o sea de rayas blancas y negras.
Este animal come comida roja como bayas y otras comidas que encuentra en la isla.
Le gusta caminar por los prados verdes de Polinesia; también le gusta nadar en el océano, solo que no nada, sino camina sobre el agua y para ducharse se echa a los charcos.
Es un animal muy singular porque está mucho tiempo solo y por este motivo es introvertido.
Mide tres metros de alto y pesa casi doscientos kilos.
Ve todos los colores porque es muy coloreado y hace la mierda rosa. Hace el mismo ruido que el cerdo, no tiene género femenino y se reproduce solo.
por Anna B., Vanessa R., Sara P., Chiara P. (3C IP)
El rimetamo es un animal que vive en el safari de Júpiter; tiene morro de rinoceronte con un cuerno corto. Tiene dos alas que le sirven para cazar los umpalumpas, que luego come. Sus patas largas le permiten caminar sobre el agua.
Su casa está en un hueco en la montañana más alta del planeta y solo existen diez ejemplares de esta especie; los demás están extinguidos.
El pelaje puede ser rojo y azul si es un macho o verde y amarillo si es una hembre.
Al rimetamo le gusta jugar con sus amigos peces y juega con la pelota con la aleta. También pasea durante mucho tiempo con los peces y las orugas.
por Valentina C., Anna D.B.B., Kiara K., Samuele B. (3C IP)
El latamo tiene morro de langosta, cuerpo de rana y trasero de hipopótamo.
Come carne humana, tres libras al día.
Nació en Perú en 1969 porque un hipopótamo besó una rana y fueron picados por una langosta. Vive en un laboratorio abandonado donde hace experimentos sobre sí mismo y sobre cómo viajar en el tiempo.
En su tiempo libre baila "Baby" de Justin Bieber, lee libros sobre árboles y ve programas de recuperación.
Sus hijos nacen de uno creado en el laboratorio (a través de mitosis) y a partir de un hijo se duplican diez.
por Valentina T., Jacopo F., Giada B., Desirée S. (3C IP)
Nuestro animal se llama opona, vive en Barranquilla, una ciudad del norte de Colombia.
El animal está formado por la cabeza de un oso polar, el cuerpo de un rinoceronte y la cola de una gallina; su pelo es de color blanco, suave al tacto excepto en la parte central, que está revestida de una piel ruda y gris.
Se alimenta de cupcakes contenidos dentro de las nueces de coco. Se desplaza caminando con las patas anteriores y arrastrando el trasero sobre el terreno.
Se reproduce en el agua: la hembra asume un color rosáceo cuando se acerca a su pareja, giran en círculos y producen sonidos parecidos a los de la foca y se restriegan recíprocamente el trasero.
Es un animal muy raro porque sus huevos se abren después de dos años; para abrirse tienen que estar a una temperatura alta de entre 20 y 35 grados: algunos huevos no sobreviven al cambio de temperatura y por lo tanto mueren.
No es un peligro para el hombre porque es dulce y cariñoso, pero si se asusta dispara huevos hediondos para alejar a las personas.
por Asia A., Martina B., Dorotea B., Bruna Z. (3C IP)
Este animal se llama ganjaboat; aparentemente parece un flamenco, pero en realidad es mucho más: tiene un pico puntiagudo que sirve para matar otros animales para obtener comida. La parte central es como la de un oso lleno de pelo que sirve para esconder las algas que fuma. La parte final representa una cebra en blanco y negro porque es juvenil, por lo que siempre es atacada por otros animales inter-animales que lo acusan de robar sus algas para fumar gastándose su dinero que se jacta de haber ganado trabajando como camello.
Ganjaboat emite solo un sonido: el himno del Ínter de Milán; de lo contrario, sabe que será atacado por otros.
Este animal vive en una playa, aislado del mundo, convencido de que es el amo del cotarro.
Se reproduce haciendo la danza de la panza.
por Aurora B., Anna M., Emily Z., Gaya Z. (3C IP)